En Ready for People hemos activado una colaboración muy especial: con motivo del 8 de marzo, parte de la facturación del mes de marzo irá íntegramente destinada a la Fundación Ana Bella – Red de mujeres supervivientes.
Para que conozcáis un poco más sobre la maravillosa labor de esta fundación, hemos entrevistado a Ana Bella, su fundadora que trabaja, día a día, por los derechos de las mujeres.
¡Desde Ready for People nos sentimos orgullosas de poder contribuir!
En España sólo 1 de cada 5 mujeres expuestas a situaciones de violencia de género en la pareja recibe ayuda. Cuando salí de la casa de acogida no podía dormir pensando en tantas mujeres que estarían viviendo ese terror silencioso, invisible y solitario que yo viví durante 11 años y que nadie me ayudó. Nadie se dio cuenta de lo que me estaba pasando, ni siquiera yo misma.
Yo era una empresaria de éxito, con personas trabajando para mí, saqué la mejor nota de toda España para entrar en la universidad y jamás me sentí identificada como una víctima de violencia de género. Mi marido decía que me pegaba porque me quería. Recuerdo ver noticias de mujeres asesinadas y preguntarme ¿por qué esta mujer no se ha ido de su casa antes de que la mate su marido? Sin darme cuenta que yo era una de ellas, que a lo mejor ese día mi marido me había pegado con la correa y no era consciente de estar siendo maltratada.
Como esas noticias de mujeres asesinadas no me hicieron reaccionar, decidí aparecer en televisión en el año 2002 mostrando mi rostro, fui la primera superviviente después de Ana Orantes que aparecí a cara descubierta, para explicar a las mujeres que hay otra alternativa a la de ser asesinada como sale en las noticias que es la de ser feliz y que si yo pude salir adelante con cuatro hijas e hijos tú también puedes.
Me llamaron más de mil mujeres pidiendo ayuda, la primera que ayudamos se quedó en mi casa, luego ella desde su casa ayudó a otra, ésta a otra, y así fue como en 2006 creamos la Fundación Ana Bella, que somos una Red de Mujeres Supervivientes que hemos transformado el sufrimiento que vivimos en experiencia y empatía para ayudar ya a más de 45.000 mujeres en España y empezando desde mi casa en Sevilla, nuestra Red Ana Bella de Mujeres Supervivientes está en 88 países con 30.000 miembros que actúan como agentes de cambio social en sus comunidades.
Si eres mujer y quieres unirte a nuestra red solicita entrar aquí:
https://www.facebook.com/groups/RedDeMujeres/
Cocrear una sociedad en igualdad libre de violencia hacia las mujeres. Con nuestros testimonios positivos en los medios de comunicación, organizaciones y centros educativos logramos convertirnos en espejo de superación con el que se identifican las víctimas invisibles y rompen el silencio.
Con Nuestro Programa Amiga actuamos como amigas de las mujeres expuestas a situaciones de violencia de género y las acompañamos durante todo el proceso de ruptura con el agresor y acceso a los recursos públicos, denuncias, juicios, etc y las apoyamos para resolver cualquier tipo de problema, apoyo emocional, terapia psicológica, ayudas económicas, talleres de empoderamiento, inserción laboral en trabajos acordes a sus aspiraciones personales, para que superen la violencia, no como víctimas dependientes de subsidios; sino como mujeres felices y empoderadas, supervivientes, capaces de conquistar sus sueños y de actuar como agentes de cambio social ayudando a otras.
Por Facebook una mujer me pidió ayuda para su prima que estaba viviendo lo mismo que yo contaba en televisión, porque su prima era la novia de mi ex marido.
En ese momento se me paralizó el corazón ya que me di cuenta que hasta yo, que había sufrido el cruel maltrato que este hombre puede infringir a otro ser humano, hasta yo misma me había olvidado que había otra mujer en mi lugar. ¿No se va a olvidar la sociedad? Ese fue el momento en que comprometí mi vida hasta mi último aliento en poner voz a las mujeres silenciadas por el maltrato.
Otro momento crucial fue cuando Ashoka me eligió como emprendedora social en 2010 demostrado que las supervivientes no somos el problema sino parte crucial de la solución y que cocreando con organizaciones, centros educativos y medios de comunicación emprendemos cambios sistémicos y soluciones eficaces para acabar con la violencia de género.
En la Fundación Ana Bella canalizamos la empatía de las mujeres supervivientes para detectar a las víctimas invisibles y ayudarlas para que rompan el silencio y comiencen una vida nueva. A través de la empatía nos convertimos en espejo de superación para otras mujeres que influye tanto en nuestro empoderamiento personal, ya que completa nuestro camino de sanación superando el estigma de haber sido maltratadas transformándolo en herramienta que ayuda a otras mujeres, como en nuestro empoderamiento colectivo actuando como agentes de cambio social, complementando los recursos públicos que son insuficientes y en ocasiones hasta supliéndolos, como en Guinea Bissau donde estamos construyendo la primera casa de acogida para mujeres maltratadas ya que en ese país aún no existe este recurso. Dona a través de BIZUM 04076 para colaborar con este proyecto.
Una mujer me llamó de madrugada y me contó que su pareja cortó la luz de la casa y la estuvo apuñalando con un destornillador y aunque ella pedía auxilio, el vecindario tardó cuatro horas en llamar a la policía. Al haber sangre de por medio a él le condenaron a prisión en un juicio rápido y cuando ella salió del hospital y entró de nuevo en su casa se encontró la sangre seca y todo como lo dejó.
Me llamó como su último recurso al ver mi testimonio en televisión, porque se quería suicidar. Me decía: ¿cómo puede ser que estoy viendo la sangre y aun así estoy echando de menos a mi posible asesino y me gustaría estar abrazada a él? Las dos nos pusimos a llorar y me dijo que había pasado por la psicóloga, las abogadas, los juicios y que por fin conmigo había sido capaz de llorar.
Yo la puse en contacto con una voluntaria que vivía cerca de ella para que la llevara al hospital e impidiera que se suicidase. Esta voluntaria es otra mujer a la que apoyamos y pudo divorciarse de su marido agresor, pero ninguna de sus denuncias progresó porque lo tuvo muy difícil ya que él es policía. Las dos están bien y felices en la actualidad y tienen parejas que las aman de forma sana.
Esa noche no pude dormir pensando ¿y si no le hubiera cogido el teléfono? Pero yo no puedo estar 24h al teléfono. Sin embargo todas las mujeres del mundo, incluso las más pobres, tenemos un teléfono, y este océano que nos divide gracias al español es un puente que nos une para apoyarnos mutuamente sea la hora que sea, cuando en España estamos dormidas en México están despiertas. Y esa fue la historia que me inspiró para crear nuestra Red Ana Bella de Mujeres Supervivientes en la que cuando una mujer pide ayuda hay cientos de mujeres que le responden y la apoyan de inmediato.
Me paran por la calle en cualquier ciudad de España, incluso del extranjero y me dicen: Ana Bella, te quiero dar las gracias porque tú me has salvado la vida. Me agarro a esos momentos para seguir adelante aún ahora que tengo una miocardiopatía dilatada severa que me deja en cama muchos días.
En realidad somos como un equipo de quinta regional que estamos jugando la Champions League. Nuestro impacto se multiplica gracias a la red de mujeres supervivientes. Cada mujer a la que ayudamos y que luego se une ayudando a otras es la fuerza que nos impulsa a todas.
Desde hace veinte años, todas las noches quiero dejar la Fundación Ana Bella y todas las mañanas renuevo mi compromiso con mi misión de vida. Mi historia de superación se ha convertido en una luz que ilumina el camino de empoderamiento de otras mujeres. Mi vídeo “Lo nuestro es Amor o Muerte” tuvo 98 millones de views en dos semanas, y dos millones de comentarios en los que las mujeres me decían que gracias a mí han comprendido que el sufrimiento que vivieron tiene sentido porque puede servir para apoyar a otras mujeres.
Que ante necesidades de negocio cocreen soluciones sociales que generen cambios sistémicos para acabar con la violencia de género, pero que no supongan un coste extra para la organización. Que crean en su potencial como agentes de cambio, que empiecen con las herramientas que tengan a su disposición, que ya las irán encontrando mejores a medida que avancen. Que trabajen en red y que lideren con su ejemplo. Que hagan de su proyecto su misión de vida equilibrándola con su bienestar emocional y personal. Que tengan presente sus objetivos y que hagan de ellos su sana obsesión para que cuando aparezcan las oportunidades las sepan reconocer y aprovechar. Que lleven a cabo una acción continua, porque la perseverancia es más potente incluso que el talento. Y que sean honestas y todo lo que hagan lo hagan con amor.
La Fundación Ana Bella trabajamos con empresas para que ofrezcan una formación en detección y prevención de la violencia de género de forma sistémica a su plantilla como lo es la prevención en riesgos laborales y lograr que la empresa se convierta en un espacio seguro y de confianza donde las mujeres expuestas a situaciones de violencia de género sean detectadas y apoyadas.
En España hay recursos, pero las mujeres no acceden a ellos porque no Rompen el Silencio. De las 6.605.825 mujeres maltratadas en España por sus parejas o exparejas sólo 1 de cada 5 recibe ayuda. Mujeres sin estudios tardan 8 años en romper el silencio pero las profesionales tardan una media de 12 años en pedir ayuda. Mientras más alto es el nivel educacional, profesional, social, económico o de responsabilidad en las empresas más invisible es el maltrato que sufren las mujeres por sus parejas. Porque la sociedad en vez de recriminar la conducta de los maltratadores, seguimos cuestionando la profesionalidad de las víctimas: tú que eres directora de recursos humanos, policía, abogada, médica, ¿cómo te has dejado maltratar? Y en vez de acceder a las medidas que la ley obliga a las empresas, prefieren darse de baja por enfermedad común debido al estigma social que conlleva el haber estado expuesta a una relación abusiva.
Los maltratadores no se denuncian a ellos mismos, las mujeres expuestas a situaciones de violencia de género tenemos muchas barreras para denunciar: creemos que podemos solucionarlo, tenemos miedo a que cumplan sus amenazas, el 39% ni siquiera reconocemos que nuestra relación es abusiva, la indefensión aprendida nos impide reaccionar ante los malos tratos, nos sentimos culpables, pensamos que no nos van a creer ya que los maltratadores de cara al exterior son personas aparentemente maravillosas, etc. ¿Quién debería actuar? Las personas allegadas y en España menos del 2% de las denuncias son interpuestas por las personas que conocen a las víctimas y a los agresores.
Todas las personas podemos ser agentes de cambio frente a la violencia de género si ante la sospecha de que una amiga esté inmersa en una relación abusiva actuamos, se lo decimos, aunque ella lo niegue, le ofrecemos nuestra ayuda y si no sabemos cómo ayudarla, podemos llamar a Fundación Ana Bella 667233133 para que nos orienten, ir a la policía y denunciar el caso aunque la mujer se niegue a declarar existe un protocolo cero que se pone en marcha o acudir al centro de la mujer más cercano o llamar al 016.
El responsable de que exista violencia de género es el hombre que la ejerce, pero las personas que sospechan y no hacen nada son cómplices con su silencio.
Que de 300 socias que somos actualmente con las que ayudamos a unas mil mujeres al año, pasemos a ser al menos 3000 socias y socios que aporten un donativo mensual, porque aunque nosotras invertimos nuestro tiempo y amor, también necesitamos medios económicos para ayudar a las mujeres que salen de las casas de acogida sin carrera profesional, sin empleo, sin vivienda y con un subsidio de 480€ insuficiente para salir de la exclusión. Por favor hazte socia, hazte socio, cada persona que se nos une es una mujer más a la que podemos ayudar. https://www.fundacionanabella.org/colabora/
Nuestra Red Ana Bella de Mujeres Supervivientes funciona en castellano y nuestro reto es construir redes de mujeres supervivientes en portugués, inglés, francés y todos los idiomas posibles. La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos que tiene dimensiones de pandemia global y nosotras hemos descubierto la vacuna que funciona en todos los países: canalizar la experiencia y la empatía de las supervivientes como agentes de cambio.
Que no son víctimas sino mujeres fuertes y valerosas. Que la fuerza, el miedo, el valor que han utilizado para resistir y superar el maltrato lo pueden enfocar ahora en soñar, pero en soñar a lo grande y en lograr todo lo que se propongan, porque no son víctimas, son supervivientes.
¡Gracias Ana Bella por esta historia que tanto nos inspira!