¿Has oído hablar de los meta moments? Se trata de aquellos momentos vitales en los que, estando bajo una fuerte tensión emocional, en lugar de reaccionar inmediatamente, paramos, respiramos y visualizamos nuestra mejor versión: escogemos casi «desde fuera» la alternativa más adecuada para resolver la situación.
Esto es un meta moment, una pausa para reflexionar que requiere de un control y una madurez emocional que no es siempre fácil. Este ejercicio se complica más aún con las dificultades del día a día: los múltiples inputs, solicitudes y el estrés general al que estamos sometidos.
Como líderes, nos encontramos muchas veces en la disyuntiva de seguir actuando y respondiendo a las demandas interminables que nos llegan, o bien, parar un momento, recargar y volver más fuertes. Esto también se denomina going to the balcony: en lugar de actuar al instante, irse al balcón es observar con distancia hacia qué y cómo estamos actuando.
Las organizaciones esperan de sus líderes que sean capaces de hacer este paso atrás: reflexionar sobre dónde estamos y qué nos ha llevado hasta aquí. Así es como pueden guiar al equipo con determinación hacia la visión de futuro.
A finales de un periodo o al comenzar el año es un buen momento para realizar esta reflexión. Por mucho que cueste parar, está demostrado que siempre vale la pena detenerse para «afilar el hacha», una fábula que os recomiendo.
Para cualquier comité de dirección o management team, este momento de reflexión, individual y también en equipo es crítico. Este año, aún más, inmersos en el cambio acelerado que vivimos y que nos ha traído situaciones complicadas, pero también grandes enseñanzas y oportunidades que no podemos dejar pasar. Ahora nos hace falta, más que nunca, tomar esta postura «meta».
El éxito de un equipo (extrapolable a toda la organización) se basa solo en unos pocos factores importantes: participar genuinamente en una visión común, estar alineados en las prioridades estratégicas que nos acercan a esta visión y compartir valores; es decir, el cómo trabajamos juntos, asegurar una buena comunicación y disponer de buenas dosis de confianza en el equipo.
Como siempre, aunque parece de sentido común, lo más habitual es que algunos de estos elementos a veces fallen. Esto es inherente a la complejidad del mundo actual y a la condición humana. No estamos diseñados para ser perfectos. Por eso hay que trabajarlos regularmente.
Hay una parte importante que está en nuestras manos y depende, en gran medida, de la calidad del liderazgo desplegado en la organización. Aquí juegan un gran papel los meta moments, que se convierten en pausas no solo aconsejables, sino imprescindibles.
Durante estos momentos de reflexión y realineamiento es fundamental:
Un leadership team alineado, emocionalmente implicado, con claridad y foco en las prioridades del negocio, es básico para que el resto de los equipos se comprometan con el proyecto.
A todos los líderes: os recomiendo agendar lo antes posible este reencuentro de equipo en «actitud meta»; presencial y online, ambos pueden funcionar. Con el objetivo, además, de producir elementos tangibles, implicar emocionalmente al equipo generando compromiso colectivo. ¡No es momento de perder a nadie por el camino!
¡Os deseo un nuevo año lleno de foco, claridad y muchos meta moments!
Silvia Fradera
Fundadora de Ready for People