No quiero negar la evidencia de la dificilísima realidad que vivimos y he de reconocer que, lamentablemente, no creo que «TODO saldrá bien». Sin embargo, me resisto también a caer en una espiral negativa y derrotista: no creo que ayude en nada. Me gusta ponerme las gafas con filtro «posimista» y mantener la actitud positiva, pero a la vez realista, de la que nos habla el amigo Joan Plans. Se trata del punto de optimismo que nos deja ver la luz al final del túnel.
Hace exactamente cuatro semanas, el famoso VUCA (en forma de COVID-19) nos dio a todos una súper bofetada en la cara, aún duele y lo que nos queda… A mí me gusta hablar de aprender de las experiencias: sin vivencia no hay emoción y sin emoción no hay aprendizaje ni desarrollo. Pero reconozco que en esta ocasión la experiencia está siendo tan brutal que me dejó unos días fuera de juego, como en catarsis, sintiendo que perdía el control de todo. Esta es una experiencia generalizada de la que nadie se escapa y que nos pone a todos en el mismo nivel, sea cual sea nuestra condición y convicción.
El miedo y la preocupación frente la incertidumbre son las emociones generalizadas. También la rabia frente a la impotencia y la tristeza ante los hechos. Emociones tan desagradables como necesarias para avanzar si sabemos gestionarlas correctamente. Por otro lado, y en medio de esta catarsis, me ha asombrado ver la rapidez con la que algunas personas y organizaciones se han puesto en marcha. ¡No lo estamos haciendo tan mal! Esto nos da una nota positiva, dentro del realismo que impone la situación.
Debemos destacar, primero, el inmenso trabajo que están haciendo los equipos del ámbito sanitario. En ámbitos diferentes, también debemos resaltar como aquellas organizaciones que podían parecer poco ágiles e incluso un pelín lentas han conseguido reorganizarse, poner en marcha el teletrabajo y adaptarse para seguir operando de forma bastante efectiva en condiciones muy, muy difíciles. Empresas de todos los tamaños y profesionales se han volcado en ayudar en esta situación y aportar su granito de arena. Otras siguen al lado de los clientes y usuarios apoyando de forma incondicional y admirable. Vemos muchos buenos ejemplos en todos los sectores. Podemos sentirnos orgullosos de estos logros que nos animan a seguir avanzando y hacer frente a las grandes dificultades que aún tenemos por delante.
¿Qué es lo que marca la diferencia en las organizaciones y ayuda a conseguir más en menos tiempo incluso en momentos de extrema incertidumbre?
Nos queda mucho para superar esta crisis. Con estas primeras experiencias vividas y compartidas, ya podemos empezar a sacar unos primeros aprendizajes. Espero que podamos ir integrando alguno en el camino que tenemos delante. Aunque los pesimistas dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, mis gafas «posimistas» me ayudan hoy a pensar que en todo esto habrá cosas que «SÍ que saldrán bien». ¡A por ellas!
#reinventandonosenpositivo
Silvia Fradera
Fundadora de Ready for People