Las palabras de Xavier Marcet nos dejan ver la esencia de sus conferencias sobre innovación empresarial:
«La innovación vive en la diversidad y practica la ingenuidad de volver a hacer preguntas básicas. La innovación no esta en la tecnología, esta en la mirada, y la mirada de los expertos está contaminada de un saber condicionado, el saber que conoce demasiado bien todo lo que parece imposible. La innovación la hacen los que no sabían que era imposible».
«Para innovar hay que gestionar de otra manera. Hay que recomponer la agenda del management. Poner un director de innovación no servirá para nada si no se gestiona la empresa de otra manera. Y una vez más, hay que dar ejemplo. Si el director general nunca tiene tiempo para escuchar a la gente que empuja la innovación en su empresa, los demás tampoco lo harán».
«La innovación va mas allá de términos como design thinking, open innovation o hackaton o de hacer una excursión a Silicon Valley».
«Reconozcamos dos cosas. Una, que la innovación es muy difícil. Segunda, que no hay alternativa. Y cuando digo que no hay alternativa no lo digo desde la superioridad moral de esos brujos de la innovación que reparten recetas por doquier. Lo digo por qué miro la historia. Mirando la historia, veo que las empresas no sobreviven si no evolucionan con sus clientes. La innovación es el esfuerzo por crear nuevo valor para sus clientes y es una cultura que permita adaptarse a los cambios asumiendo que hay riesgo en ello».
«Un modelo de innovación sostenible atiende a las tres grandes fases del proceso de innovación: la inspiración, la exploración y el escalamiento. Dónde acostumbramos a fallar es entre la exploración y el escalamiento a mercado. Lo que hacemos bien es la inspiración. La exploración ya cuesta más. Algunas sugerencias. No piense solo en las nuevas ideas si no en los emprendedores internos que las van a llevar a cabo. Apliquen medidas antibloqueo de la innovación a los jefes de las unidades de negocio que están absorbidos por el día a día al cien por cien».
«Y tengan un buen radar, vean startup, vean universidades, pero recuerden que el radar no sirve de nada si alguien no traduce esta observación en oportunidades. En nuestro mundo de disrupciones, lo prudente es prepararse y es apostar por innovar, aunque no sea fácil y aunque a veces los resultados tarden en llegar. No hay innovación sin riesgo, pero el gran riesgo es no innovar».