¿Qué es una empresa saludable y cómo impacta en el rendimiento?
Seguro que lo has notado: cuando te sientes bien, trabajas mejor. Si esto lo llevamos a una empresa, aumentan los factores que inciden en el bienestar de todo el equipo, pero cuando este se alcanza el rendimiento individual y grupal es mayor. La organización que impulsa ese bienestar y tiene a las personas como principal valor, es una empresa saludable.
Qué es una empresa saludable: cambio de paradigma y claves principales
Las generaciones que se han incorporado al mercado laboral en los últimos años, como los Millennials, aportan una nueva visión sobre el trabajo que va más allá del sueldo. En la oficina pasamos una gran cantidad de horas a lo largo de la semana, del mes y del año: es fundamental sentirse a gusto con los compañeros, valorado y feliz.
Las empresas deben ser capaces de leer este nuevo paradigma para atraer el talento y convertirse en un espacio valorado por los más jóvenes. Contar con superiores cercanos, el feedback continuado, un auténtico trabajo en equipo y perspectivas motivadoras son claves para lograrlo.
En este contexto y con estos objetivos, debe comprenderse la idea de empresa saludable, que la OMS define como «aquella en que trabajadores y directivos colaboran en un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores, así como la sostenibilidad del lugar de trabajo».
Para ello la OMS también define cuatro aspectos que la empresa debe garantizar:
La salud y seguridad a nivel físico en el trabajo.
La salud, seguridad y el bienestar a nivel psicosocial, lo que tiene en cuenta cómo se organiza el trabajo y la cultura de la empresa.
Los recursos personales de salud que brinda la empresa, lo que implica fomentar hábitos de vida saludables.
Fomentar la salud de los trabajadores, familias y otros miembros de la comunidad a través de actividades participativas para todos ellos.
Si seguimos el orden de estos cuatro apartados, algunos ejemplos de acciones concretas para trabajar conjuntamente en búsqueda de una empresa saludables serían:
La más básica pero no siempre obvia, analizar si existen problemas físicos en el espacio de trabajo, ya sea por componentes químicos, problemas ergonómicos o riesgos laborales por el uso de maquinaria pesada. Eliminar aquellos elementos potencialmente dañinos, dotar de un mobiliario cómodo y equipos de protección, así como organizar talleres de formación al respecto, son acciones clave que la empresa puede llevar a cabo. Si la empresa apuesta por el teletrabajo, también puede preocuparse por garantizar un mobiliario cómodo para el trabajador, así como que disponga de todo el material y equipo que necesita.
Generar un entorno basado en la seguridad psicológica, tal y como lo abordamos en este post. Una cultura abierta que facilite las relaciones colaborativas, el respeto a la diversidad de los miembros del equipo, un liderazgo basado en el feedback continuo y el reconocimiento del colaborador son vitales para lograrlo. En la nueva era del teletrabajo, también es clave fomentar la desconexión y la conciliación de vida laboral y personal.
Para fomentar la salud de los empleados, se puede promover el deporte y el bienestar ofreciendo, por ejemplo, ventajas en centros de wellness o gimnasios cercanos a los domicilios de los empleados. También es posible ofrecer talleres o actividades online relacionadas con el deporte o la alimentación dirigidas a mejorar el bienestar de los trabajadores.
Tomar conciencia de que la empresa se desenvuelve dentro de una comunidad y que puede favorecer su bienestar, también es una parte clave para trabajadores y familias. Tomar medidas para alcanzar la equidad, fomentar actividades educativas para los jóvenes o ayudar al desarrollo de iniciativas positivas para la comunidad son ejemplos de acciones valiosas para todas las partes.
¿Qué beneficios proporciona una empresa saludable?
El primero de los motivos por los que trabajar para una empresa saludable es ético: surge de la propia empatía de los directivos hacia sus colaboradores, que buscan su bienestar por un mero interés humano.
Pero es que, además, estas medidas proporcionan una serie de beneficios para la propia empresa que inciden en su funcionamiento y rentabilidad. Los más destacados son:
Reducción de los accidentes y enfermedades laborales, del absentismo, del presentismo y de todos los costes que ello genera.
Mejora el clima laboral, el ánimo, el compromiso y la implicación con la empresa, al mismo tiempo que rebaja los niveles de estrés.
Aumenta la productividad, lo que incide directamente tanto en el balance económico como en el emocional.
Se desarrolla una imagen de marca de empleador hasta convertirse en un referente en el sector y en la sociedad.
Como resultado de todo lo anterior, la empresa saludable atrae (y retiene) talento, clientes e inversiones, diferenciándose de las demás.
La ambición de conseguir una empresa saludable donde las personas se sientan comprometidas y a gusto, ¡no es tarea fácil! Aún así, el camino es muy gratificante, sobre todo si se hace con la participación e involucración de la plantilla.
